Desatar la creatividad
Ken Robinson, pionero en creatividad y educación describe la creatividad como el elemento único que tiene cada ser humano donde sus habilidades naturales (talentos) y sus inclinaciones personales (pasiones) se encuentran para generar ideas creativas.
La creatividad es la capacidad que tiene cada persona para generar ideas nuevas y útiles para resolver un reto específico.
Tómese un minuto para pensar en las decisiones que ha tomado en la última semana. Te has hecho preguntas como: ¿qué cenamos esta noche? ¿Adónde deberíamos ir en nuestras próximas vacaciones? ¿Qué tengo que añadir a la lista de la compra? ¿Cuándo iré al supermercado? Ahora, tómate unos segundos para pensar si las respuestas a estas preguntas fueron decisiones racionales. Duncan Wardle, ex Presidente de Innovación y Creatividad de Disney, sostiene que responder a estas preguntas tiene que ver con la intuición. Para estas decisiones, confiamos más en las emociones que en la razón.
Confiando y utilizando ese 87% intuitivo de nuestro cerebro. Y para que eso ocurra, hay una capacidad fundamental que hay que liberar y desarrollar: nuestra creatividad.
La creatividad es el motor de nuestra vida.
La creatividad no es sólo componer sinfonías, diseñar esculturas o crear obras maestras artísticas. Cada persona nace con una capacidad asombrosa para imaginar y crear, pero con el paso de los años, las responsabilidades y necesidades acuciantes nos hacen perder la creatividad sin apenas darnos cuenta.
La creatividad no es sólo componer sinfonías, diseñar esculturas o crear obras de arte.
Teniendo en cuenta todo lo que hemos dicho aquí, podríamos decir que el mayor reto de las empresas en materia de creatividad suele ser la retención del talento. Y en nuestro contexto, los retos que capacitan a las personas para ir más allá del statu quo son una herramienta clave, no sólo un nice to have. Pero, ¿cómo podemos garantizar la existencia de estos retos? Cómo podemos encontrar formas de ayudar a nuestros talentos internos a florecer?
Empresas como Google, Amazon, Disney, Apple y muchas más ya nos han dado la respuesta. Todo empieza por la cultura organizacional y su relación con el proceso de abordar esos retos. Lo clave es contar con equipos de trabajo en cualquier área que motiven e inviten a los demás a desarrollar su capacidad creativa para innovar. Los que proponen nuevas ideas que van más allá de una simple tarea diaria, los que hacen hueco en sus agendas y reservan tiempo para imaginar y crear. Equipos con líderes no egocéntricos que trabajan mano a mano con los demás. Compañeros de equipo que promueven su conocimiento con la actitud, motivación y disciplina para convertirlo en ideas creativas al servicio de los demás. Una cultura generada por líderes que saben cocrear con sus equipos.
Una cultura generada por líderes que saben cocrear con sus equipos.
“La creatividad está vinculada a la felicidad porque no sólo proporciona herramientas para mejorar y transformar la vida cotidiana, sino también el poder de construirse a uno mismo. La creatividad libera el poder interior que todo ser humano posee.”
Así que seamos conscientes de la importancia de ser creativos no sólo para nuestras propias vidas, sino también para nuestras empresas, equipos de trabajo y, lo que es más importante, para nuestra sociedad.
Recordemos que, en un nivel básico, la innovación no es más que una implementación exitosa (es decir, que genere valor) de una idea creativa en un contexto, mercado y/o sociedad específicos.
La innovación no es más que la implementación exitosa (es decir, que genere valor) de una idea creativa en un contexto, mercado y/o sociedad específicos.